Desde SEMM queremos que disfrutes cada día del verano, por eso, elegí cuidarte con nuestros tips para los días calurosos. Hoy te dejamos algunas claves para evitar pasar mal o incluso sufrir golpes de calor, que pueden tener graves consecuencias cuando el calor es muy intenso.
En primer lugar, lo más importante que debemos tener presente es la hidratación. Cuando se presenta una seguidilla de días en los que la temperatura supera a la media, debemos asegurarnos de ingerir la cantidad adecuada de agua, para garantizar el óptimo funcionamiento de nuestras células y mantener la temperatura corporal.
Ese requerimiento varía según la persona en función de diversos factores como la actividad física, la edad, el sexo, el metabolismo y las condiciones del ambiente. Para algunas personas, como los niños, adolescentes y mayores, la importancia de consumir la cantidad suficiente de agua es mayor dado que son más vulnerables a la deshidratación, debido a que sus mecanismos de detección de la sed se ven minimizados. Puede que una persona no sienta la necesidad de ingerir líquidos, pero es importante que los consuma de todas formas, en cantidad mínima de 2 a 3 litros por día.
Nuestro organismo se adapta a los cambios constantemente, utilizando como principal mecanismo de defensa contra la elevación de la temperatura corporal la sudoración. En este proceso no solo perdemos agua, sino también sales minerales que son fundamentales para que nuestros órganos funcionen de la manera adecuada, como el sodio, el potasio y el magnesio.
Es aquí cuando entra en juego la importancia de alimentarse de la manera adecuada: necesitamos consumir alimentos que nos proporcionen esos minerales que perdemos. Las frutas y verduras frescas, sobre todo las frutas de estación, son una buena fuente de vitaminas y minerales, además de hacer su aporte de agua al organismo. La banana y el tomate son una buena fuente de potasio, mientras que las frutas cítricas son una gran fuente de magnesio. Una buena forma de incorporarlas a la dieta es consumiendo las frutas como colaciones y postres, y optando por ensaladas con vegetales frescos en las comidas. Se puede agregar carnes a las ensaladas para incluir proteínas, y aun así se obtendrán platos sanos y livianos, ideales para los días de mucho calor.
Para cerrar, hay alimentos y bebidas que es preferible no consumirlos. Por ejemplo se debe evitar el consumo de alcohol, dado que es diurético y aumenta la pérdida de agua, así como también la cafeína. Algunas condiciones médicas también son factores de riesgo para la deshidratación, como la diabetes no controlada, la fiebre, los vómitos y la diarrea, por lo que se debe prestar especial atención en la reposición hídrica en estos casos y, ante la duda, consultar a un médico.