El 17 de mayo se celebra el Día Mundial de la Hipertensión Arterial. Para el 2017, el tema de la campaña será: “Conoce tus números”, que tiene el objetivo de aumentar el conocimiento sobre la presión arterial alta en todas las poblaciones del mundo.
La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias al ser bombeada por el corazón. Esta, al mantenerse por encima de valores normales, determina que el corazón deba realizar un mayor trabajo para vencerla y mantener un flujo sanguíneo suficiente para satisfacer las demandas del organismo.
La hipertensión arterial es un trastorno que repercute en los vasos sanguíneos, los cuales, al estar sometidos a una presión persistentemente elevada se causa un daño en los mismos. Esto puede afectar órganos fundamentales como son, el corazón, el cerebro y los riñones, entre otros.
Esta enfermedad es uno de los factores de riesgo cardiovascular más importantes, tanto en hombres como en mujeres y en todas las edades. Si no se controla, es causa de accidentes cerebrovasculares, infarto de miocardio, engrosamiento de las paredes del corazón (Hipertrofia Ventricular) e insuficiencia cardíaca. Así mismo puede generar enfermedad renal crónica, alteraciones visuales por daño de la retina, y deterioro cognitivo.
En la mayoría de los casos las cifras elevadas de presión arterial no generan síntomas, por lo que es fundamental el control médico para lograr un diagnóstico precoz y el inicio del tratamiento. Este realizado bajo supervisión médica periódica disminuye significativamente las graves complicaciones mencionadas.
Consejos para prevenir la hipertensión arterial
La mejor manera de prevenir la hipertensión arterial y los efectos secundarios que se ocasionan sobre los órganos que mencionamos anteriormente, es mediante el control médico periódico de las cifras de presión arterial.
Cambiando algunos hábitos de vida en las personas se logra una disminución del riesgo de padecer hipertensión arterial. Entre otros se deben considerar:
• Dieta sana y balanceada: consumir cinco porciones de frutas y verduras a diario. Reducir la ingesta total de grasas, especialmente las saturadas
• Menos sal: eliminar, en lo posible, el consumo de sal de la dieta, o al menos reducir su uso a menos de 3 g al día
• Evitar el consumo de alcohol
• Realizar actividad física regularmente
• Mantener un peso normal
• Evitar el tabaquismo, así como la exposición al humo de tabaco ambiental
Desde SEMM fomentamos un estilo de vida saludable desde la niñez y la adolescencia haciendo énfasis en los puntos mencionados, ya que generar estos hábitos desde temprana edad incide positivamente en la salud cardiovascular.