Consejos para corredores

04/12/2019

Una carrera representa un esfuerzo muy importante para el organismo, relacionado directamente con el nivel de entrenamiento previo que tengas.

El objetivo debe ser llegar a la meta. Lograr un mejor tiempo debe ser una consecuencia natural de tu entrenamiento, y no producto de un esfuerzo desmedido el día de la carrera. Si eres portador de alguna enfermedad crónica (diabetes, hipertensión, etc.) es recomendable que consultes a tu médico y lo pongas al tanto de tu intención de correr.

Antes de la carrera.

Alimentación.
El día de la carrera debes alimentarte adecuadamente. La última comida previa a la actividad física, es preferible que sea en base a hidratos de carbono de fácil digestión como las pastas. Debes realizar la ingesta no menos de 3 a 4 hs antes de comenzar el esfuerzo, y la cantidad de alimento no debe dejarte sensación de plenitud.

Hidratación.
Desde varias horas antes de la carrera debes prestar atención a la hidratación, considerando además las condiciones de calor y humedad a la hora de la competencia. La ingestión de cantidades pequeñas y repetidas de agua o bebidas de rehidratación te asegurará comenzar la competencia adecuadamente.

Indumentaria.
La indumentaria será fundamental para tolerar cómodamente el esfuerzo. En ese sentido debes prestar atención al tipo de tela de tu remera (que permita la evaporación rápida del sudor), y en particular al calzado deportivo que utilices.

Entrada en Calor.
Es recomendable realizar una suave y progresiva entrada en calor, que incluya estiramiento, durante unos 10 a 20 minutos como máximo, de manera que apronte tus músculos para el esfuerzo, sin un consumo excesivo de energía.

Durante la carrera.

Es recomendable respirar por la nariz ya que el aire se calienta y humedece por esa vía. Pero si te sientes más cómodo puedes respirar por la boca, aunque notarás que se te seca más rápidamente.

La hidratación es fundamental. Con el paso de los km y a los efectos de mantener la temperatura corporal en rango normal, el cuerpo transpira y por esa vía pierdes líquido, electrolitos y sales minerales. Por eso debes rehidratarte adecuadamente. Conviene que te detengas unos segundos en el puesto de rehidratación e ingieras agua, en cortos tragos, para mantenerte hidratado.

Después de la carrera.

Luego de llegar a la meta, comienza el proceso de recuperación. Caminá al llegar, realizá ejercicios de estiramiento y tomá abundante líquido.

Tal como antes de la carrera, vuelve a preferir los alimentos ricos en hidratos de carbono en las primeras comidas post competencia, a los efectos de reponer los depósitos de estos nutrientes energéticos en el organismo.

En SEMM te invitamos a disfrutar de la temporada de carreras, manteniendo una dieta sana y realizando actividad física de manera frecuente.

Daniel Berasain. Médico Deportólogo.